Las ayudas a la dependencia mantienen 3.500 puestos de trabajo en la región extremeña

En 2012 había en Extremadura 143 empresas trabajando en el sector de la dependencia, ofreciendo servicios de ayuda a domicilio a aquellas personas a las que la Junta previamente les había reconocido una situación de dependencia y, por tanto, adjudicado una prestación. Entonces, esas 143 empresas sumaban 3.424 empleados. Dos años después el sector ha crecido en Extremadura.

Según datos de la Seguridad Social, facilitados por los sindicatos, en la actualidad son 164 las empresas que trabajan en este ámbito y el número de puestos de trabajo que contabilizan ascienden a un total de 3.528, un centenar más aproximadamente que hace 24 meses.

La realidad es que en dos años Extremadura ha avanzado en el desarrollo de unas prestaciones que persiguen ayudar a las personas que no tienen autonomía, que necesitan cuidados y, sin embargo, no disponen de recursos económicos para ellos. De hecho, la situación a 31 de diciembre de 2013 nada tiene que ver con la que existía dos años antes. En el año 2011 había 39.463 extremeños que tenían derecho a las ayudas a la dependencia y, sin embargo, solo 26.459 las cobraban. Las cifras mejoraron en 2012 y el número de extremeños situados en el limbo de la dependencia se redujo hasta los 7.569. En la actualidad, esta cifra ronda los 4.000, por lo que cada vez han sido más las personas que han cobrado la prestación.

Con más beneficiarios de las ayudas a la dependencia, más auxiliares de ayuda a domicilio se ha requerido para atenderlas. Aunque el aumento no es proporcional, puesto que no siempre la prestación se concreta en la ayuda a domicilio. Depende lo que se establezca en el Programa Individualizado de Atención (PIA), en el que la Administración y el interesado o su familia negocian el recurso que más le interesa, ya sea un servicio de ayuda a domicilio, un centro de día, una plaza residencial o una prestación económica.

Empleo en precario

En definitiva, las ayudas a la dependencia han abarcado a más solicitantes y, por tanto, las empresas que trabajan en el sector han ampliado el número de contratos para llegar a más beneficiarios, del mismo modo que se han abierto nuevos negocios en el ámbito en busca de un futuro laboral de la mano de la dependencia.

Sin embargo, quienes están inmersos en el sector aseguran que si bien es cierto que se ha creado empleo, éste es precario. «Las prestaciones por dependencia empezaron con tres grados, uno de ellos sigue sin estar en funcionamiento, y los otros dos se han reducido», afirma Felisa Briz, dueña de la empresa ‘Depende de ti’, una de las que trabaja en el sector en Extremadura.

Explica que comenzaron otorgando al beneficiario un mínimo de 30 horas de ayuda a domicilio y un máximo de 90. «Pero ahora estas cifras han variado de forma notable; estamos entre 20 y 70 y, además, las prestaciones económicas también se han reducido, porque ahora se tiene en cuenta el patrimonio de la persona y antes no». Por eso asegura que el que se hayan agilizado las valoraciones y logrado que cada vez sean más las personas que reciben la ayuda, una vez les ha sido reconocido el derecho a percibirlas, no significa que se haya aumentado la financiación para atender a los nuevos beneficiarios.

«El mismo dinero se reparte entre más gente», asegura esta empresaria. Según su argumentación, la puesta en marcha de la Ley de la Dependencia generó muchas expectativas. Y fueron muchas las personas que, al igual que ella, creyeron que había futuro laboral en el sector. Felisa Briz montó su empresa, con sede en Cáceres, en 2010.

Como ella hicieron otros y siguen haciéndolo. El número de empresas que se dedican al servicio de ayuda a domicilio ha crecido en los últimos años y sigue haciéndolo, y con ellas el número de puestos de trabajo. «Pero el dinero es el mismo –reitera Felisa Briz–, nos lo repartimos entre más gente simplemente y con él atendemos también a más usuarios; de ahí que yo, por ejemplo, tenga auxiliares dadas de alta por 8 horas al mes. Hay más empleo, sí, pero es empleo precario», zanja.

Asegura que la ley de dependencia nació con fecha de caducidad. «Es imposible financiarla». Mantiene que es preciso una reordenación que agilice la tramitación administrativa de las ayudas, que éstas lleguen a quienes las necesitan antes y que se controle a las empresas que trabajan en el sector.

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