Es por todos bien sabido que una de las funciones esenciales del cuidado domiciliario es la alimentación del paciente dependiente. Los beneficios que se obtienen de una correcta alimentación e hidratación en el paciente domiciliario son evidentes, sin embargo hay un aspecto de especial interés, que en ocasiones se pasa por alto pero que debe ser tenido en cuenta. Hablamos de la seguridad a la hora de alimentar a nuestro familiar.
En este post queremos dar a conocer una serie de pautas para evitar situaciones tan desagradables como los atragantamientos que podrían comprometer la salud de nuestro familiar enfermo, generando además una situación difícil de resolver por el cuidador, por este motivo recomendamos:
1. Conocer bien los medios y procedimientos básicos para alcanzar la mayor seguridad posible a la hora de alimentar al paciente.
2. Garantizar una correcta posición corporal de la persona dependiente.
3. Administrar pequeñas cantidades de comida.
4. Asegurar la correcta Masticación.
5. Dar de beber a pequeños sorbos.
6. Procurar no hablar con el paciente mientras mastica o traga
7. Cuidar la textura y el tamaño del alimento.
9. Evitar distracciones auditivas y visuales mientras se da de comer.
10. Evitar que el usuario se tumbe o acueste tras la ingesta
11. No dudar en emplear ayudas técnicas para alimentación
Siguiendo estos sencillos pasos lograremos aumentar la seguridad a la hora de dar de comer diariamente a nuestro familiar.